


Y otra vez me despierto a las tantas, en ese cubículo que mas que una habitación parece un zulo, tan pequeño, oscuro, agonizante, tan ajeno a mi, como la mayoría de las cosas que últimamente me rodean mientras la ciudad me pega un latigazo tras otro haciéndome pasar por una penitencia de origen desconocido, y otra vez tropiezo y me caigo, casi todo parece ser en vano, esfuérzate que las cosas mejoraran, pero la mejora solo es teórica pues la practica es fría, cruel, sin piedad, puede que me lo merezca, puede que no tanto, pero esta ciudad me asfixia, me quiere reducir a cenizas y ya no se cuanto mas podré soportar entre estos muros de hormigón en los que mi existencia esta permanentemente cuestionada y al límite del precipicio... mientras, solo me queda buscarle a el, mi salida de emergencia...